Termina de servir el último chupito,
justo cuando suena la última canción de la noche.
La chica que espera a ser servida,
tiene el rímel corrido por las mejillas.
Aunque intenta ocultarlo, curioseando
lo que sea que haya en sus zapatos.
¿Dónde quedaron esos amigos que
suelen dar consuelo?
O tal vez sean ellos mismos
la razón de esas lágrimas.
Porque a veces olvidamos que los amigos también rompen el corazón.
Decide coger una nota
y entregársela junto con el chupito.
La chica le agradece con una sonrisa
y se marcha extrañada, mirando el pequeño papel.
Decide abrirlo.
"La próxima vez te serviré sonrisas"
Su número está justo debajo.
Él sonríe. Ella también.
Primera sonrisa servida.
Marta R.
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